Valorando la puntualidad
- lapicitosdecolores5
- 17 feb 2016
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Damian siempre se despertaba tarde, hacia esperar a sus amigos, nunca entregaba las tareas a tiempo y no le importaba llegar a ninguna reunión temprano, siempre lo deían esperar, y aparentemente, a Damian no le importaba. Sin embargo, a sus amigos sí les importaba que él llegara a tiempo, siempre se molestaban por todo lo que les hacía esperar y decidieron, darle una cucharada de su propia medicina.
Repentinamente, Damian se vio solo, sentado, esperando, siendo muchas veces plantados por sus compañeros, amigos y maestros. Lo citaban para nunca esperarlo, o llegaban hasta 2 horas tarde, haciendo que se desesperara y comprendiera cuánto había estado equivocado durante todo este tiempo.
En ese momento, tras darse cuenta de lo mal que se había portado, apareció repentinamente Val, una misteriosa mujer, bella, con larga capa y un amigo mágico, quien tenía un pico dorado y cantaba cada mañana puntualmente. Ella se le acercó, aplaudiéndo su capacidad de comprender los errores, entregándole un reloj de mano, con el cual siempre llegaría temprano.
Val desapareció y desde ese momento, Damian nunca volvió a llegar tarde, reforzando las relaciones con sus amigos.

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