Valorando la lealtad
- lapicitosdecolores5
- 14 mar 2016
- 1 Min. de lectura

Rufo gustaba de caminar por todos lados, siempre en búsqueda de otros animales con quienes jugar, pero tan pronto olía a su dueño desde la lejanía, salía corriendo a esperarlo, haciéndose frente al cabezal de la cama, junto a la puerta, sonriente, con la lengua fuera y deseoso de ser consentido. Desde que Pipe llegaba, ambos se disponían a disfrutar del día.
Rufo corría junto a Pipe, jugaban juntos, perseguían la pelota cada vez que le decía, saltaban como locos, se dejaba vacunar cuando él lo decía y si debía bañarse, gustoso lo hacía, porque sabía que Pipe lo decía por su bien. Un día, un niño mimado y millonario, vio a Rufo, bajándose de inmediato y ofreciéndole todo: huesos de oro, comida extranjera, camas adornadas con diamantes, hasta le ofreció la luna.
Rufo no aceptó, aunque eran muchas cosas, no le interesaba sino su amo, le era leal. La lealtad puede entenderse como el valor que nos permite ser gratos con las personas que son importantes a nosotros, siendo los perros unos de los animales más leales.
Valora la lealtad, valora a tus amigos.
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